El sueño más dulce: Personajes Principales

La novela cuenta la historia a través de un narrador omnisciente que mantiene al tanto al lector de lo que acontece. Juega dentro de la narración con los personajes principales, donde al final de la obra se comprende que Frances, Julia y Sylvia cada una tiene su historia.

Frances es un reflejo de la madurez de la autora. La capacidad de Frances de ver la vida tal cual cómo se vive con alegrías y sufrimientos. Un sube y baja de vivencias tanto en lo emocional como en lo cotidiano, en lo personal y en lo familiar. Julia es una lucha interna sobre la consecuencia de vivir en guerra, la xenofobia, el distanciamiento e indiferencia de su hijo, la muerte de su esposo. Es observadora de las reacciones de sus dos nietos y el escondite de su fiel amigo cómplice en un amor silencioso con lecturas reflexivas sobre poemas. Silvia la tercera protagonista, un fénix ficticio emocional, muriendo y dejando a Frances con Colin, Andrew los dos hijos adoptados después de vivir en Africa.

Una mujer hermosa de la clásica belleza inglesa, perteneció a la clase media, hija de un abogado de Kent (Inglaterra), laborando con su uniforme implacable en el Ministerio de la Guerra, cuando conoce a su primer esposo. Mostraba ser inteligente, idealista, comprensiva, maternal, paciente, bondadosa y compasiva. Como una imagen de venta para comprar, asi se vendió ella, su andar era silenciosa, observadora pasiva ante los conflictos o situaciones que se le repetían, esperando que sin intervención se solucionaran. Dejaba hacer y ser a los demás: un esposo que la abandona con dos hijos y sin una mensualidad económica, sin casa para luego arrimarse a compartir la vivienda de la madre de su ex esposo.

Frances, intentó tomar el teatro como forma de independizarse, veía en el teatro … “una ventana hacia el glamour, la aventura, el gran mundo”. Sale a trabajar, deja la comodidad del hogar y se comprometió con la realidad que marcaba las pautas a seguir. Frances, se suma a su momento y era joven, jovial, divertida, entusiasta. Conoce a Johnny Lennox y se enamora del hombre que demostraba seguridad en sí mismo, que tenía claro que esperaba de la vida y toda su energía lo llevaba a proclamar la ideología comunista que, para él, iba a dar justicia social al mundo, a ver a Rusia como el país que logró llevar al pueblo al poder. A pesar de admirarlo y seguirlo en sus conferencias, no se vuelve una acólita per se del comunismo. Con el tiempo se desencanta de la ideología y de su esposo; pero aun así mantiene su orgullo de ser independiente. Viviendo en East End de Londres rechaza en un primer momento la ayuda de Julia de mudarse a su casa, hasta que Johnny la convence. Y por sus hijos y por ella misma acepta vivir en el caserón, compartir la casa con ella, pero estar independientes de su suegra.

En sus comienzos como madre y abandonada por su esposo, rechaza con arrogancia la ayuda de Julia. Intentó compensar la ausencia del padre, pero las circunstancias la obligan a aceptar su oferta sobre todo por sus hijos. La relación de Frances y Julia en los inicios fue torpe, de rechazo, incomprensión, distanciamiento, pero a medida que se van conociendo mejora la imagen que tienen cada una de la otra.

Tuvo que decidir el cómo generar ingresos. Ser periodista freelance, escribía sobre todo artículos sociológicos. Trabajó en casa en el Cosmos periódico revolucionario y colaboradora en The Defender a través de artículos donde daba consejos que ayudaran a solucionar problemas en el entorno familiar, se daba a conocer por el apodo de “Tía Vera” (Consultorio sentimental)

Este personaje con los cambios de la vida va demostrando que no se amilana ante la adversidad, vive su independencia y la defiende. Sus ideas feministas no las radicaliza, es en todo momento, muy crítica y reflexiva, entre los temas que trata está la discriminación de la mujer. Ella encarna el mito de la Madre Tierra. Es madre sustituta, nutricia, educadora. Todo lo soporta, abre sus puertas para acobijar y dar de comer. Un ejemplo de su carácter es su relación con sus hijos, la hijastra de su ex y los de pareja, igual con las esposas despechadas, depresivas, egoístas.

Su nombre era Julia Von Arne, alemana, de clase privilegiada. Única niña de tres hermanos, familia armoniosa, agradable, el padre era diplomático y su madre músico. Tuvo una educación rigurosa dada por institutrices inglesas y francesas. En 1914 tenía 14 años cuando conoce a Philip Lennox de 25 años, agregado a la embajada británica de Berlín, aristócrata, conservador. En esa primera vez quedan cautivados el uno por el otro. Siguiendo el protocolo de la época esperan que ella tenga más edad y se casan. En la I Primera Guerra Mundial pierde a dos de sus hermanos y vive los contratiempos del momento al convertirse ella y su familia en “blanco de sospechas y comentarios maliciosos”. Pág. 34. El sueño más dulce de Doris Lessing.

Al finalizar la guerra se casan y se va a vivir a Inglaterra. Ya en la II Guerra Mundial tiene que vivir las contrariedades de ser alemana. Fue muy protegida por su esposo y siempre trató de estar a la altura de lo que se le exigía.

Su relación con su hijo Johnny fue distante, la educación rigurosa y alejada de las manifestaciones sentimentales hicieron un quiebre entre padres e hijo. Su hijo fue educado por niñeras, tutores y posteriormente la escuela.

Era una mujer dependiente del decoro, de su status. Siempre cumpliendo las reglas por su condición de alemana casada con un noble inglés. Para ella su pasado se convirtió en “una sombra movediza”. No imponía su voluntad a su esposo, siempre cedía para “preservar la paz en la familia.” Pág. 38. El sueño más dulce de Doris Lessing.

Excéntrica, exigente, fría en el trato, orgullosa, distante, a veces egoísta. La casa cumplía con los estándares de su condición social, estaba amueblada con estilo antiguo, lámparas chinas.

A pesar de que el tiempo ha pasado no logra adaptarse a los cambios, es fiel a su educación y cultura. Siempre vestida como dama de sociedad de una revista de moda años 30. A su manera, siempre estuvo pendiente de sus nietos aun cuando Frances no la aceptaba. Muere su esposo y le ofrece su casa para que se muden Frances con sus nietos.

En esta nueva familia aparece Sylvia en su vida, le dedicó tiempo y compasión, en el fondo estaba consciente de que ese sentimiento era lo que se permitía para solventar el amor que no le permitieron dar a su hijo.

Su vida solitaria la comparte con su fiel amigo Wilhelm Stein, el cual se convirtió en un amor secreto al leerle libros, pasearla y compartir su rutina, pero él muere y sintiéndose abandonada hasta morir. Tuvo un sepelio, donde la acompañaron sus nietos y Frances.

Hija de Phyllida, una de las parejas de Johnny y Alan Johnson, otro camarada del partido. Tenía los ojos azules.

Al unirse a la familia de Frances era débil, enfermiza, tímida, nerviosa, con muchos traumas. Tenía 14 años cuando llega a vivir a la casa. Semejaba a un pajarillo abatido por una tormenta… sufre de anorexia y era conocida por un apodo “Tilly”, Julia le devuelve su nombre. Por momentos se siente vacía, pero ese vacío lo llena con Julia. Esta la obliga a comer y recuperar su autoestima. A pesar de todo es agradecida, bondadosa, llena de incertidumbre, pero luchadora, perspicaz, impulsiva, con ideales de servicio.

Su relación con su madre es distante, su madre la llenaba de requiebros y quejas, constantemente le gritaba por todo. La falta de empatía, su ausencia en los momentos críticos de salud la lleva a despreciarla. Era un hogar poco armonioso. Como se observa en este ejemplo:

“Su vehemencia sorprendió a Phyllida. —Ay, cariño —suspiró—, ¿tan mala madre he sido? —Sí, y todavía lo eres. Cuando era niña no dejabas de decirme que todo era culpa mía, que si no fuese por mí podrías hacer esto o aquello. Una vez me amenazaste con que las dos meteríamos la cabeza en el horno y moriríamos juntas”. Pág. 190.

Julia logra que se recupere tanto física como anímicamente, y se vuelva activa lectora. Además logra recuperar el tiempo perdido y en dos años termina sus estudios secundarios, afrontaba los retos con entusiasmo. Era de pocas amistades. La relación de Julia y Sylvia, a medida que maduraba través del cariño, el estudio, la dependencia de Sylvia desaparecerá. Estudia medicina y se hace médico residente. En esta etapa se acerca al catolicismo y decide ir a África a trabajar como médico voluntario.

En su etapa africana se vuelca a ayudar a la comunidad que le tocó trabajar, con valentía, con miedo y consciente de su misión. Las vivencias en el pequeño hospital y en la vivienda que le tocó compartir con el sacerdote, además de los agravios y también el respeto hace que tenga etapas de sequía espiritual, pero sigue adelante y asume situaciones que se le escapan de sus manos por ayudar a los otros.
A su muerte deja un legado de amor y compromiso con un poco de amargura y tristeza por como terminaron los acontecimientos que precedieron a su final.